Las puertas son un elemento que muchas veces se pasa por alto cuando se diseña el concepto global de decoración. Salvo que se tenga una mansión con ala este, oeste, norte o sur, lo más conveniente en viviendas y pisos es que estas tengan un único estilo que vaya bien con el mismo o los diversos hilos estéticos de cada ambiente.
El lacado de puertas en blanco es una de esas únicas maneras de afrontar todo tipo de diseños en cada ambiente. Dicho en otras palabras, las puertas con este tipo de acabados van bien con cualquier línea de diseño. Se aplican para salones formales y clásicos o para cocinas industriales.
De igual manera, sirven para dormitorios, cocinas, baños, salones, comedores y se ven perfectas en oficinas porque mantienen la iluminación y esplendor de los espacios y propician el trabajo en un ambiente que invita al confort y la productividad.
¿Qué es el lacado de puertas en blanco?
El lacado de puertas en blanco es una modalidad de barnizar la madera que consiste en aplicar determinado número de capas de pigmentos (en este caso blanco, pero puede ser cualquier color) en forma de laca y en spray.
Los compuestos de la laca o pintura confieren a la puerta características tanto en lo estético como en el aguante. Estos barnices hacen que la superficie sea resistente a la humedad, fáciles de limpiar y muy duraderas.
Es por esto que la técnica de lacar puertas en blanco se puede aplicar a muebles de todo tipo y en especial, los de las cocinas o baños dada su firmeza. Es decir, esta manera de pintar la madera se puede usar en miles de propósitos.
¿Cuál es el precio del lacado de puertas?
El precio de lacado de puertas puede variar en función de varios factores. En primer lugar, es importante comprender la diferencia entre pintar con brocha o atomizador y lacar las puertas. Además, hay varios componentes y sistemas que pueden aumentar el coste del servicio.
Los términos pintar y lacar se utilizan con frecuencia indistintamente para designar el hecho de aplicar barnices a estas superficies. Sin embargo, se refieren a procesos diferentes.
Es crucial entender las diferencias porque el acabado de la puerta variará en función de lo que se elija. El lacado consta de los siguientes pasos:
1.- Es necesario lijar la superficie. Esto facilita la adherencia de la laca a la madera.
2.- Tras aplicar la imprimación que es una capa de sustancia para tapar los poros de la madera, se procede al lacado que, básicamente, es esparce la laca con un compresor. Este proceso se repite varias veces, dejando secar entre una aplicación y otra.
3.- Por último, se pinta o se da brillo en el color que prefiera el cliente. El lacado puede ser de cualquier matiz y el acabado puede ser de mate o más o menos lustroso.
Este método es ideal para lacar puertas antiguas es reformas o para darle una nueva vida, ya que al lijarlas y pintarlas les da una nueva capa protectora y que puede adaptarse a una nueva tendencia de diseño.
Igualmente, al tratarse de una puerta antigua, se pueden aplicar lacas transparentes para recuperar su magnificencia original sin alterar en nada la apariencia que tuvo otrora.
Lacar una puerta permite obtener un resultado liso y sin defectos, lo que suele asociarse a una mayor calidad.
La pintura de puertas, en cambio, es un servicio más sencillo, más barato y el resultado es menos robusto. El acabado no suele tener la misma calidad o efecto. Además, aunque es posible utilizar una pistola pulverizadora, normalmente se pinta con rodillo o brocha, lo que puede dejar marcas.
Vista la diferencia entre ambas modalidades el precio de lacado de puertas puede oscilar entre los 30 y los 100 euros. El abanico es amplio porque hay que considerar el estado actual de la puerta y el acabado final.
Pintar una puerta con brocha o rodillo puede costar entre 10 y 30 euros. La diferencia es notoria. Pero, elegir el lacado supone una superficie que no requerirá sino de limpieza en los próximos 20 años.
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